Esta es una danza agrícola que, según la tradición oral, se realizaba para pedir a los dioses lluvia y buenas cosechas; de la misma manera, se realizaba en el patio de las casas para protegerlos de los males y ahuyentar a los malos espíritus.
Se dice que los personajes que están representados en esta danza son mediadores entre el bien y el mal, por lo que si se les imita se alejará a los malos espíritus, la tierra será fértil y por lo tanto, habrá buenas cosechas, así como también se evitan desgracias. Si no se llegara a realizar, se cree que no habría buenas cosechas.
Hacia 1786, esta danza se modifica y se le comienza a llamar fiesta de Carnestolengo y se baila en época de carnaval con el nombre de Tatas (como en muchas comunidades se le llama a los jefes de familia o personas mayores) o huehues (que en náhuatl significa viejo -con conocimiento y experiencia-). En esta danza participan cinco personajes: Suavos, Tigres, Diablos, Doncellas y la Muerte.
El Suavo es, podría decirse, el personaje principal; seguramente se le nombraba de otro modo antes de la modificación de esta danza. Era un personaje que tenía poder y riqueza y que obtenía buenas cosechas, por lo que tenía que dar gracias participando en esta danza. Posteriormente derivó en una especie de parodia que ridiculiza a los franceses que llegaron a México durante el Imperio de Maximiliano, actualmente es un cazador que porta un lazo para atrapar al tigre.
El tigre y la Muerte usan trajes teñidos con pintura natural hecha con mezquite, granada y tehuiztle. La Segunda lleva una hoz,
ADORNOJuaniquito, Juaniquito yo no vengo descolorido mortal yo vengo de campo verde que me han querido matar traigo 4 o 5 puñaladas desde la escuda (espalda) hasta el carcañal, otro que me repique San Francisco que responda Catedral, que repique otro poquito que me quiero sacramentar.
Referencias:
Programa de mano del Huey Atlixcayotl 2008, elaborado por la Secretaría de Cultura de Atlixco
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